
Con tan solo 4 años de edad, la pequeña Mora Victoria enfrenta innumerables retos médicos en su vida diaria. Ella ha sido diagnosticada con cuatro parálisis y síndrome de West, condiciones que son profundamente desafiantes y que requieren un tratamiento especializado y constante.
El síndrome de West es una forma de epilepsia infantil que se caracteriza por crisis epilépticas y problemas graves en el desarrollo neurológico. La familia de Victoria tiene el deseo ferviente de que ella reciba una oportunidad de tratamiento en México que podría transformar su calidad de vida.
Todo comenzó cuando Victoria, a tan solo 3 meses y medio, sufrió su primer ataque. A pesar de que los médicos no encontraron inicialmente nada anormal y sugirieron que podría ser un simple virus respiratorio, comenzaron a notar señales preocupantes en su desarrollo motor.
El diagnóstico definitivo llegó un poco más tarde, confirmando que Victoria tenía parálisis cerebral, seguido de la grave noticia de que también padecía el síndrome de West, lo que complicó aún más su situación médica.
Su nacimiento
Victoria nació mediante cesárea luego de que un examen prenatal revelara una posible discrepancia en el desarrollo entre el tamaño de su fémur y la cabeza. Su madre, Tiffany Badilla, recuerda que le dijeron:
“Luego me dijeron, mamá, aquí hay dos opciones, o el bebé tiene una discapacidad, una deformidad, o simplemente es pequeña.”
Durante el parto, desafortunadamente, Victoria sufrió hipoxia perinatal, lo que significa que tuvo una falta de oxígeno en el cerebro. Tiffany relata:
“Necesitaba reanimación y me la dieron, pero no realizaron pruebas adicionales que hubiesen podido arrojar más información sobre su estado.”
Desde ese día, su vida ha estado marcada por sesiones de terapia, una suma constante de medicamentos y frecuentes hospitalizaciones.
Un día en la vida de Victoria incluye rigurosas rutinas que abarcan desde horarios de alimentación, diferentes tipos de terapia, visitas regulares al hospital y movimientos con equipos especializados para su atención médica.
Su madre explica:
“Cuando se despierta, su estado es variable; a veces está muy molesta y en otras ocasiones muestra una alegría inmensa, lo que depende de cómo se sienta. Aunque seguimos un tratamiento neurológico básico, no hay certezas sobre su evolución.”
Un tratamiento con esperanza
La única esperanza que tiene Victoria es un tratamiento neurológico de radiofrecuencia que se ofrece en una clínica de Monterrey, México. A través de una publicación de otra madre en redes sociales, la familia encontró esta alternativa y ha logrado agendar su cita del 12 de noviembre al 14 de diciembre del presente año, que incluirá una hora diaria de terapia.
Este tratamiento se realiza utilizando un dispositivo llamado Citotrón, que emite ondas suaves y mínimamente invasivas. Originalmente diseñado para pacientes con cáncer, los resultados mostraron avances significativos en el tratamiento de niños con daño cerebral.
Tiffany comenta:
“Como padres, estamos haciendo todo lo posible para reunir los recursos necesarios, ya que sabemos que este tratamiento es urgente para Victoria.”
Para completar el proceso, la familia necesita permanecer en México durante 35 días.
¿Cómo ayudar?
Para poder cubrir los altísimos costos asociados con este tratamiento, que ascienden a $75,000 (más de ₡38 millones), la familia ha iniciado una campaña llamada “Doná para un boleto de vida”. Esto incluye los $55,000 que costará el procedimiento médico y otros $20,000 para cubrir gastos adicionales como:
- Seguro médico.
- Oxígeno y equipo de alimentación portátiles valuados en ₡2 millones.
- Alojamiento.
- Boleto aéreo.
- Transporte.
Si deseas colaborar con Victoria o simplemente deseas compartir su historia, puedes ponerte en contacto con su madre a través de sus redes sociales, donde actualizará sobre todo el proceso:
También es posible enviar donaciones al número 6016-8233 a nombre de Victoria Mora Badilla, o consultar los números de cuenta que se encuentran en la imagen.
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