Si bien Costa Rica se proyecta como un destino líder en sustentabilidad y hotelería, el país aún tiene una deuda pendiente en materia de inclusión turística.
La falta de protocolos para la atención a personas sordas en hoteles y servicios turísticos fue un silencioso obstáculo que limitó las experiencias de miles de visitantes.
La realidad puede comenzar a cambiar gracias a la creación del primer protocolo nacional para la atención de turistas sordos, propuesta desarrollada por Estefanía Bansavides, estudiante de la Facultad de Turismo de la Universidad Hispanoamericana (UH).
El documento, que cuenta con el aval de especialistas y líderes del sector, ofrece pautas concretas de comunicación, formación y respuesta a emergencias para todos los departamentos de un hotel, desde la recepción hasta la comida y bebida.
Su propósito es romper las barreras de comunicación y promover una experiencia turística verdaderamente accesible.
“En Costa Rica no existe una metodología clara que oriente a los hoteles sobre cómo recibir a una persona sorda. En general es el turista quien no prepara el hotel”, explicó Benavides.
Una brecha que afecta a miles
Según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), más de 1.300 millones de personas en el mundo viven con algún tipo de discapacidad, y cerca de 70.000 pertenecen a la comunidad sorda costarricense.
Sin embargo, la mayoría de los negocios turísticos del país no cuentan con políticas ni protocolos específicos para atenderlos.
El Ley 7600 Determinan la obligación de garantizar la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, pero en la práctica la comunicación sigue siendo un desafío.
“Existen diferentes sistemas de dibujo (Lesco, ASL, es) y eso obliga a los hoteles a improvisar. Este protocolo proporciona una guía práctica y personalizable”, afirma Benavides.
Además del cumplimiento de la ley, la iniciativa promete beneficios competitivos para el sector. Los hoteles que lo asuma podrán mejorar su reputación, fidelizar a sus clientes, posicionarse como líderes en turismo accesible y atraer nuevos mercados internacionales que tengan la inclusión de la elección como criterio de elección.
El protocolo exige al personal mantener contacto visual con el gas, ofrecer opciones de comunicación (oral, escrita, visual o en Lesco) e improvisar las señales.
También contiene pictogramas, menús visuales, formación periódica y pautas de emergencia.
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