




Creado por María Esther Madrigal, una chica costarricense de 30 años Ecobichouna marca de toallas sanitarias menstruales de tela hipoalergénicas reutilizables y sostenibles.
Desde su experiencia, una mujer autista y madre de un niño también en el espectro promueve un cambio que combina salud, conciencia ambiental y educación menstrual.
Cuando María Esther Madrigal se convirtió en madre hace 6 años no pensó que los pañales de su bebé la llevarían a iniciar un proyecto que hoy está cambiando la vida de decenas de mujeres.
“Comencé a notar, cuando tiraba sus pañales a la basura, que se estaban acumulando, y dije: ‘No puedo creer la cantidad de basura que genera un solo bebé en un día'”, recuerda.
Esa preocupación fue la semilla de Ecobichito, una empresa costarricense que produce toallas sanitarias menstruales reutilizables, ecológicas y libres de alérgenos. Un emprendimiento que se ha convertido en un proyecto que une salud, medio ambiente y empoderamiento femenino.
El cambio empezó en casa. Después de probar pañales reutilizables para su hijo, decidió hacer lo mismo con sus propias toallas sanitarias.
“Fui una persona que sufrió durante muchos años las irritaciones que causan los químicos en las toallas y quise hacer un cambio. Hay cierto tipo de toallas que no se adaptan a mi cuerpo. Es muy molesto, se enrolla. Además de todas las molestias y dolores que ya trae la menstruación, también tuve que soportar pasar por las irritaciones y las molestias de la toalla”, dijo.
Con la ayuda de su madre, que le enseñó a coser mediante videollamadas y sus primeras máquinas, empezó a confeccionar sus propias toallas.
“Mi madre fue la persona que me empujó en todo. Yo no sabía ni coser, ella fue la que me enseñó a través de videollamadas y me dio las máquinas. Ella fue el pilar de todo”, dice María Esther.
El nombre también surgió del corazón gracias a la inspiración que tuvo su hijo en este proceso.
“Cuando comencé, todos los negocios ecológicos tenían ‘eco’ en el nombre. Y mi hijo, que siempre era muy travieso, lo llamaba bichito. Así que de ahí vino. Ecobicho”, explica sonriendo.
Una propuesta artesanal que trasciende
las toallas Ecobicho Son ecológicos, hipoalergénicos y completamente hechos a mano. Cada producto, cuidadosamente elaborado, refleja su compromiso ambiental y humano.
“Estos no son productos de fábrica, los hago yo, adaptados al gusto y necesidades de cada persona. Mis clientes me piden medidas especiales o diseños personales. Todo está hecho a mano y con materiales de primera calidad y les doy consejos de cómo utilizarlo”, afirma.
El material utilizado (poliuretano laminado con microporos) permite la transpiración y previene el crecimiento bacteriano. Por tanto, las toallas son semipermeables, protegen contra fugas y al mismo tiempo garantizan la salud íntima.
El emprendedor ha construido una comunidad sólida donde clientes y usuarios comparten dudas, consejos y experiencias y construyen un espacio de aprendizaje colectivo.
Rompe tabúes y abre conversaciones
El uso de toallas sanitarias de tela implica más que un cambio práctico: es un cambio cultural.
“Nos inculcaron que la menstruación es algo inmundo, que no se debe tocar. Al principio muchas se sorprendieron o molestaron al ver que estaba lavando mis toallas, pero abrió conversaciones muy necesarias sobre nuestro cuerpo y la sociedad”, reflexionó.
Ecobicho No sólo vende productos, también promueve la educación. María Esther fue invitada por instituciones a impartir charlas sobre menstruación sostenible y salud de la mujer. Además, promueve espacios de diálogo entre mujeres a través de redes.
“Hicimos un post en TikTok para que las niñas contaran sus peores experiencias con la menstruación. La mayoría eran de colegios, donde se manchaban o sentían vergüenza. Esto pasa porque no hay protocolos ni apoyo”, lamentó.
Entre desafíos y sueños
“Mi hijo es autista y yo también soy autista. Vivir la vida de madre y emprendedora sin mucho apoyo fue el mayor desafío. Por eso me gustaría abrir espacios de trabajo para madres autistas de niños autistas, ya que muchas veces nos resulta muy difícil encontrar trabajo. Me da esa presión de seguir soñando, de seguir pensando que es posible. Sólo hay que terminar con una sonrisa”, afirmó.
Su sueño a futuro es tener su propio taller, ofrecer trabajo inclusivo en su empresa y crear espacios de educación menstrual donde las niñas puedan hablar sin miedo ni vergüenza.
Las toallas tienen un valor que va desde 3600 colones a 13.000 colones dependiendo del paquete y del tamaño que necesiten. Los interesados pueden comprarlo directamente en las redes sociales de Ecobicho o puedes comunicarte con el emprendimiento al WhatsApp 8309-9664.
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