
Las instituciones competentes han dado a conocer las diversas acciones inter-institucionales que se han llevado a cabo en respuesta al incremento en la actividad del volcán Poás. Estas acciones han sido cruciales para garantizar la seguridad de los ciudadanos y el monitoreo constante de la situación volcánica.
Se ha destacado que la duración de este fenómeno es incierta; puede extenderse a lo largo de días, semanas e incluso meses, lo que genera preocupación y la necesidad de preparación continua por parte de las autoridades y la comunidad en general.
La Comisión Nacional para la Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) se inició en la actividad del Comité Asesor Técnico de Volcanología y Sismología, un grupo de expertos cuya tarea es llevar a cabo un monitoreo diario del volcán Poás y proporcionar análisis sobre su situación.
A partir de la información recopilada por estos expertos, se toman decisiones fundamentales respecto a las advertencias emitidas y las medidas de seguridad que son impuestas en las áreas afectadas. En este sentido, desde el 31 de marzo, se encuentra en vigor una advertencia naranja para el Parque Nacional del Volcán Poás y el distrito de Toro Amarillo Sarchí, debido a la actividad explosiva constante que se ha reportado.
Con anterioridad a esta advertencia, se había establecido una advertencia verde para hasta siete cantones aledaños, que posteriormente fueron considerados en riesgo al aumentar las actividades del volcán.
Por otro lado, el Parque Nacional del Volcán Poás ha sido indefinidamente cerrado desde el miércoles 26 de marzo, una decisión tomada por el Ministerio de Medio Ambiente y Energía (MINAE), en conjunto con el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).
Esta entidad coordina esfuerzos con la policía de tránsito y el Ministerio de Seguridad Pública para evitar el ingreso no autorizado al parque. Así mismo, el SINAC ha solicitado la implementación de reformas legales que permitan prevenir accesos no autorizados, lo cual es crucial para reducir los riesgos asociados a estas situaciones.
En paralelo, el Ministerio de Salud se encuentra realizando un monitoreo constante de las consultas médicas y trabaja en coordinación con el Fondo de Seguridad Social Costarricense para garantizar la salud de la población ante posibles efectos adversos de la actividad volcánica.
El plan de vigilancia incluye la identificación de riesgos tales como la exposición a gases, recomendando la minimización de exposiciones innecesarias, así como mantener puertas y ventanas cerradas y el uso de mascarillas protectoras.
Por otro lado, el Ministerio de Educación Pública ha puesto en marcha una serie de talleres y consejos para 267 centros educativos en los siete cantones más afectados, asegurando que se implementen los planes de emergencia necesarios.
Se aconseja a la población reducir las actividades al aire libre, utilizar mascarillas y mantenerse informados a través de fuentes oficiales para evitar la propagación de información errónea.
Los comités institucionales encargados de la gestión de riesgos en cada centro educativo son responsables de implementar los planes de emergencia establecidos, de manera que la seguridad de los estudiantes y del personal se mantenga ante cualquier eventualidad.
Por su parte, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) está llevando a cabo alertas al sector agrícola sobre el posible impacto económico que el fenómeno podría tener en sus actividades.
El Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) está realizando un seguimiento constante de la salud animal y hasta el momento no se han reportado efectos clínicos en los animales. Se están distribuyendo recomendaciones a los productores y familias sobre el cuidado adecuado de la producción y de los animales de compañía en esta situación.
El Centro de Operaciones de Emergencia se mantiene informado y se coordina constantemente con todas las instituciones del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos para asegurar que las comunidades estén debidamente preparadas.
Finalmente, se ha proporcionado orientación a los comités municipales para activar sus protocolos de atención antes de una posible emergencia, ya que se espera que la actividad del volcán Poás continúe.
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