Henry Sánchez, un residente de Coronado de 56 años, ha recibido una segunda oportunidad en la vida gracias a la implantación de un corazón mecánico realizada por un equipo altamente capacitado del Hospital Rafael Opgel Calderón Guardia. Esta cirugía representa un avance significativo en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca avanzada, una condición que limitó severamente la calidad de vida de Don Henry durante varios años, y donde el trasplante se convirtió en una alternativa no factible en su caso.
El procedimiento quirúrgico marcó un antes y un después en su vida. “Siento que antes, todo lo que he hecho antes, y puedo hacerlo ahora. No hay límites,” comentó Don Henry al reflexionar sobre su notable mejoría. Este testimonio revela una transformación no solo física, sino también emocional, generando en el paciente un renovado sentido de esperanza y posibilidad.
Después de ser descartado de la opción de un trasplante, Henry fue informado sobre la disponibilidad del último dispositivo de ayuda ventricular, conocido como Heartmate III. Este dispositivo fue diseñado para proporcionar un apoyo circulatorio continuo a pacientes que sufren de insuficiencia cardíaca avanzada, mejorando así los resultados clínicos a largo plazo y reduciendo las complicaciones que pueden surgir en estos casos críticos.
En un emotivo relato, Henry compartió: “Me desperté y era completamente diferente, porque la sangre llegó a todas las demás partes que no habían llegado antes… era un riego por parte del cuerpo, cerebro, órganos principales, en los pies,” agradeciendo al CCSS y a todo el equipo responsable del tratamiento que recibió.
Alexander Sánchez Cabo, gerente médico del CCSS, destacó que este tipo de procedimiento no es común y subrayó que se trata de una cirugía altamente especializada que refleja no solo la capacidad técnica del CCSS, sino también su compromiso con la salud de las personas y el acceso a tratamientos de calidad. La directora general del hospital, Tania Jiménez Umaña, corroboró esta visión al afirmar que este avance es una muestra del compromiso del sistema de salud del Fondo de Seguridad Social Costarricense (CCSS) hacia la innovación tecnológica y la equidad en el acceso a tratamientos de última generación.
La intervención fue llevada a cabo por un equipo multidisciplinario especializado, lo que subraya la complejidad y la atención requerida en este tipo de procedimientos. Previo a la cirugía, Henry pasó por una evaluación exhaustiva que incluyó estudios de imágenes, análisis de laboratorio, y valoraciones por parte de cardiólogos y cirujanos cardíacos, asegurando así que estuviera en una condición óptima para la intervención.
Durante la operación, se utiliza anestesia general y una bomba de circulación extracorpórea para asegurar una oxigenación adecuada mientras se realiza la intervención. El cirujano realiza una incisión en el tórax para acceder al corazón y colocar adecuadamente el dispositivo, que se asienta parcialmente dentro del órgano y también en la cavidad torácica. Se lleva a cabo un riguroso proceso de prueba del dispositivo para garantizar su correcto funcionamiento, que incluye calibraciones para asegurar un flujo sanguíneo continuo.
La cirugía tiene una duración aproximada de entre cuatro y seis horas, y después del procedimiento, los pacientes suelen mostrar una recuperación bastante positiva, con mejoras notables en su calidad de vida, experimentando una reducción significativa en síntomas como fatiga extrema, problemas respiratorios y acumulación de líquidos. La historia de Henry representa el segundo procedimiento de este tipo en la historia de Costa Rica y Centroamérica, el primero tuvo lugar en el mismo hospital hace algunos años, cuando un paciente recibió un dispositivo similar de manera temporal.
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