El Colegio de Geólogos de Costa Rica ha emitido un llamado a la población instándola a informar adecuadamente a los medios sobre la información oficial que se origina del Comité Asesor Técnico (CAT) y de la Comisión Nacional de Prevención y Atención de Emergencias (CNE). Además, es importante No caigas en las noticias falsas que circulan en redes sociales o grupos de WhatsApp en relación con la actividad del volcán Poás.
La institución recalca que es fundamental que la comunidad reciba información respaldada por bases científicas y por las recomendaciones que provienen de estas entidades oficiales. Se hace un énfasis especial en que cualquier fuente que no cuente con este respaldo oficial y que se propague a través de plataformas digitales, cadenas de mensajes o medios análogos, debe ser considerada como potencialmente falsa o engañosa.
En cuanto a la actividad actual del volcán Poás, la institución ha señalado que, aunque la actividad es poco frecuente y hasta ahora se ha presentado con un tamaño discreto, no es un comportamiento atípico en la historia de este volcán.
Los geólogos precisan que esta actividad tiene el potencial de intensificarse y cambiar a magnitudes mucho mayores. Esto es especialmente importante de considerar debido al desarrollo urbano y social que se ha consolidado en las proximidades del cráter, lo cual podría tener repercusiones visibles en las comunidades cercanas, sobre todo en las zonas ubicadas al oeste y suroeste del cráter principal.
Los efectos en estas diferente áreas están influenciados por varios factores. Entre ellos, la actividad más relevante incluye la exhalación de gases, así como la emisión de piroclastos, que son fragmentos de magma, cenizas y rocas. La altura de la columna de gases o piroclastos también juega un papel crucial, al igual que la dirección y velocidad del viento y las condiciones de lluvia en el área.
Los expertos advierten que las áreas más propensas a ser afectadas se encuentran dentro de un radio de aproximadamente 2 kilómetros alrededor del cráter activo, donde el riesgo de ser impactados por fragmentos significativos y una alta concentración de gases es mayor.
A pesar del considerable conocimiento adquirido sobre fenómenos volcánicos en las últimas décadas, tanto a nivel local como global, las proyecciones sobre la evolución de un proceso eruptivo pueden estar llenas de incertidumbres. Esto dificulta de manera considerable la capacidad para realizar pronósticos a corto plazo.
Por esta razón, el monitoreo volcánico mediante diversas técnicas geofísicas, como la sismología y la deformación del terreno, así como técnicas geoquímicas para analizar los gases emitidos y otros productos liberados a lo largo del tiempo, se vuelve indispensable.
La labor de monitoreo está a cargo de instituciones de investigación, donde participan profesionales de diversas disciplinas, algunos de los cuales son miembros del Colegio de Geólogos.
El Colegio de Geólogos no solamente sigue de cerca la evolución de la actividad del volcán Poás, sino que también se muestra totalmente dispuesto a ofrecer su asesoría a las entidades gubernamentales, ya sean nacionales o locales, en lo que respecta a la gestión adecuada de riesgos y a la comunicación social eficaz sobre el riesgo volcánico, tal como lo ha indicado su representante, Rudin.
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