El Observatorio Volcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) ha comunicado el lunes que el volcán Poás continúa en estado de erupción. Este hecho fue confirmado por el reconocido experto en volcanología, Geoffroy Avard, quien realizó una visita al Parque Nacional Poás para evaluar la actividad del volcán.
Durante su visita, Avard destacó la persistencia del fenómeno eruptivo, indicando que el volcán ha estado liberando material volcánico continuamente. Está claro que la actividad del Poás no solo es un espectáculo natural impactante, sino que también requiere atención constante debido a sus posibles consecuencias para el entorno y la población cercana.
‘Él transmite toda la mañana como y hay rocas calientes que están suspendidas de vez en cuando’, afirmó Avard, señalando la magnitud del proceso eruptivo que se está llevando a cabo.
Según los informes proporcionados por Ovsicori, la actividad volcánica de ayer mostró “una calma relativa” durante las horas de la madrugada. Sin embargo, esta tranquilidad fue interrumpida posteriormente por un fuerte estallido que recordaba el que ocurrió el miércoles anterior. Estos cambios en la actividad pueden ser frustrantes, ya que la población espera cierta estabilidad tras periodos de calma.
“Esta erupción no pudo ver cuánto había logrado porque era muy nublado. Por lo tanto, no pudimos ver el primer eje, sino que nos extendieron hacia el norte”, comentó el experto, señalando las limitaciones que presenta el clima para los observadores del fenómeno.
Avard también señaló que esta reciente erupción fue acompañada por otros dos pulsos de actividad en un lapso de una hora, lo que indica la intensidad y la dinamicidad del sistema volcánico en ese momento. Es importante monitorear tales pulsos para comprender mejor el comportamiento del volcán y prever posibles eventos más grandes.
“Después de eso, el volcán restauró una actividad que era más similar a lo que vimos en los últimos días y como esta mañana”, agregó Avard en su evaluación, sugiriendo un regreso a un patrón más conocido.
El experto ha indicado que, a pesar de que la cámara del vulcanólogo capta temperaturas entre 200 y 300 grados, estas se consideran ‘bastante frías’ para un volcán, lo que permite la visibilidad de su actividad durante la noche. Sin embargo, todavía genera una luminiscencia que es visible y que puede atraer la atención de los curiosos y científicos por igual.
“Anoche no se observó, no había mucha bombilla, solo observamos algunas rocas calientes proyectadas, pero no vimos este brillo que parecía muy brillante en la sala térmica”, comentó Avard, reflejando la variabilidad en la actividad visual del volcán.
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