El Volcán Poás ha estado mostrando una notable tendencia hacia una actividad reducida, tal como se informa por el Observatorio Volcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori-un). Este organismo se encarga de monitorear y analizar la actividad volcánica en Costa Rica, y recientemente ha observado patrones que indican una disminución en la intensidad de las erupciones en el Volcán Poás. Estos hallazgos son particularmente relevantes para la comunidad local, ya que proporcionan un alivio temporal frente a las preocupaciones sobre las amenazas volcánicas.

A pesar de la tendencia hacia la actividad reducida, las autoridades han señalado que las erupciones están ocurriendo de manera regular, aunque la intensidad parece haber disminuido. Recursos como el viento y el movimiento geológico continúan influyendo en las características de estas erupciones, y se ha observado que la emisión de gases y vapor de agua sigue siendo significativa. Es importante señalar que, aunque las erupciones no se producen con la misma frecuencia, la actividad sísmica subyacente y los fenómenos geotérmicos permanecen activos, lo que significa que el volcán aún debe ser monitoreado de cerca.

El fenómeno de desalojo de gases y vapor en el Volcán Poás no es constante, pero la presencia de agua y vapor se manifiestan con una fuerza considerable, lo que genera preocupación y una atención continua por parte de los expertos y las autoridades locales. Las fluctuaciones en la actividad volcánica pueden tener implicaciones directas en la seguridad de aquellos que habitan en las cercanías del volcán, así como en el turismo y en las actividades económicas de la región. El volcán Poás es conocido por su impresionante cráter y sus paisajes naturales, que atraen a numerosos visitantes, y la seguridad de estos turistas es una prioridad para las autoridades.

Los expertos han indicado que los pulsos de actividad no están elevando la pluma de gases de la misma manera que se observó en semanas anteriores. Actualmente, se ha observado una pluma que alcanza unos 100 metros por encima del cráter, lo que representa una reducción considerable en comparación con el incremento que se había registrado hace aproximadamente una semana. La disminución en la altura de la pluma es un indicador positivo que sugiere que la actividad del volcán podría estar estabilizándose.

«Se confirma la tendencia hacia la disminución de la actividad», afirmó Geoffroy Avard, un destacado especialista del Ovsicori.