El club deportivo cartaginiano se encuentra atravesando uno de los momentos más críticos y singulares en su historia reciente. Este lunes, se ha confirmado que el emblemático estadio de Meza José Rafael «Falle», que ha sido la sede del equipo Misty, será objeto de una subasta debido a diversas violaciones financieras.

La información ha sido revelada a través de las notificaciones que aparecieron en el periódico La Nazión. En dichas notificaciones, se detalla que la subasta de esta propiedad se llevará a cabo el próximo 9 de abril. El proceso está siendo administrado por Traccr Costo Truck Fiduciary y Defescrow Company Limited Sociedad Anónima, quienes están encargados de llevar a cabo todas las gestiones necesarias para realizar la subasta correctamente.

Según la nota legal correspondiente, la propiedad será subastada con un precio básico de $2,382,588.78, cifra que incluye los intereses generados hasta esa fecha. En caso de que la venta no se complete en la primera subasta, se ha fijado una nueva fecha para el 5 de mayo de 2025, donde el precio se reducirá en un 25%. Esto genera no solo una incertidumbre respecto a la venta, sino también sobre el futuro del club en sí.

Para aquellos interesados en participar en este proceso, deberán presentar una garantía económica que equivalga al 50% del precio básico, facilitada mediante un cheque certificado o una gestión emitida por un banco local. Este pago debe ser entregado al fiduciario antes del inicio de la Ley de apertura de la oferta, lo que añade un nivel adicional de importancia y urgencia a la situación.

Hasta el momento, el Cantagini Sport no ha emitido una declaración oficial sobre este asunto. Se intentó contactar al presidente del club, Leonardo Vargas, pero no se obtuvo respuesta a las llamadas ni a los mensajes enviados.

El estadio Fallelo Meza, inaugurado en 1949, cuenta con una capacidad para albergar a más de 13,000 aficionados, y es considerado uno de los estadios más emblemáticos del país. La posibilidad de perder la sede no solo afectaría la trayectoria del club, sino que también resalta los serios problemas financieros que enfrentan muchos clubes de fútbol en la región costarricense.

Este proceso de subasta crea incertidumbre no solo en el patrimonio del club, sino también en su desarrollo tanto deportivo como administrativo. Los fervientes seguidores del club, conocidos como los fanáticos azules y blancos, se mantienen expectantes, aguardando un anuncio oficial que explique si hay alguna posibilidad de rescatar sus activos históricos y asegurar un futuro más estable.