Aunque la inteligencia artificial (IA) domina el debate tecnológico global, más de la mitad de la población en Costa Rica aún no lo ha probado.
El 58% de los consultados dijo que no usaban aplicaciones basadas en esta tecnología, según el estudio de “percepción de la población costarricense y residente en el país sobre ciencia, tecnología e innovación”, preparada por el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDEPO) y la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional (UNA).
Entre aquellos que tienen acceso a la IA, más de ocho de cada diez lo usan principalmente en asistentes virtuales y chatbots.
Otros usos son mucho más bajos: “Aplicaciones y plataformas para uso específico” (4.8%), “Comunicaciones y redes” (4.6%) y “Pensamiento y creación de texto” (2.7%).
A pesar de esta baja adopción, el 87% de los ciudadanos creen que la inteligencia artificial debería estar regulada.
La confianza en la tecnología se encuentra en un punto interino: el 25% de los encuestados califican como un estado regular, el 17.7% no tiene confianza en él y solo el 5.25% dice que confían plenamente.
Influencia y precaución
La investigación también muestra que la ciencia y la tecnología afectan directamente la vida cotidiana. El 67% dice que tiene una influencia significativa, y el 91.5% está de acuerdo en que mejora la calidad de vida.
Sin embargo, el entusiasmo existe con precaución: el 79.2% de las mujeres y el 78.1% de los hombres creen que deben usarse con precaución.
Tres de cada cuatro personas temen que las interrupciones tecnológicas cambien los valores actuales, y el 30.7% cree que incluso pueden perder la idea del bien y el mal.
Internet y acceso digital
El estudio confirma que el acceso a Internet es casi universal en Costa Rica: el 96.8% de la población está conectada. El uso más común es para el entretenimiento (75%), seguido de interacción social (72%) y trabajo (49%). Sin embargo, la mitad de los encuestados reconoció que tenían que ajustar sus finanzas para obtener dispositivos o servicios tecnológicos.
La encuesta se aplicó del 14 al 24 de mayo de 2025, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 3.8%.
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