La Semana Santa, un período de profundo significado religioso en el calendario cristiano, comenzó este domingo con la emotiva celebración del Domingo de Ramos en la Iglesia La Soledad. Esta festividad marca el inicio de la Semana Mayor, un tiempo sagrado que los creyentes dedican a la reflexión, la oración y la vivencia de los misterios de la fe cristiana.

Desde las primeras horas de la madrugada, cientos de fieles se congregaron en las afueras del templo, entusiasmados por participar en la misa tradicional, la cual es acompañada de una antigua costumbre: la marcha con palmas. Este ritual tiene sus raíces en la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, donde fue recibido con ramos de palmera como símbolo de alegría y veneración. Durante este evento, los asistentes alzan sus palmas en señal de celebración y devoción, creando un ambiente festivo y lleno de espiritualidad.

La marcha, un momento culminante de la celebración, recorrió varias calles de San José, acompañada de melodías de himnos y oraciones religiosas que resonaban en el aire, creando un ambiente de comunión espiritual entre los participantes. A medida que el desfile avanzaba, la atmósfera se llenaba de fervor y unidad, recordando a todos los presentes la importancia de estos días en la vida de la comunidad cristiana.

Con esta significativa celebración, la Iglesia Católica marca el inicio de una serie de actividades religiosas que se llevarán a cabo durante toda la semana. Cada día de la Semana Santa tiene su propio significado y conlleva diversas tradiciones que invitan a los fieles a sumergirse en los eventos que condujeron a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Las ceremonias tienen un profundo impacto en la vida espiritual de los creyentes, quienes son animados a participar activamente en las observancias litúrgicas y rituales que se presentan.

Las autoridades eclesiásticas han hecho un llamado a toda la población para que estos días sean vividos con memoria y fe, instando a los fieles a reflexionar sobre los sacrificios y enseñanzas de Cristo. Esta invitación resuena con la esencia de la Semana Santa, que no solo es un tiempo de recuerdos sagrados, sino también una oportunidad para renovar la fe y el compromiso espiritual de cada creyente.