Shopping cart

  • Home
  • Cultura
  • “Transparencia” de Jöel Dicker es una novela que explora temas de verdad y engaño a través de una narrativa intrigante. La historia se centra en personajes complejos cuyas vidas se entrelazan, revelando secretos ocultos y conflictos profundos. A medida que avanza la trama, se desafían las percepciones de realidad y confianza, manteniendo al lector en vilo hasta el final. La prosa de Dicker destaca por su fluidez y su capacidad para abordar cuestiones filosóficas, haciendo de esta obra una reflexión sobre la naturaleza humana y las relaciones interpersonales. ¿Te gustaría un análisis más profundo sobre algún aspecto en particular?
Cultura

“Transparencia” de Jöel Dicker es una novela que explora temas de verdad y engaño a través de una narrativa intrigante. La historia se centra en personajes complejos cuyas vidas se entrelazan, revelando secretos ocultos y conflictos profundos. A medida que avanza la trama, se desafían las percepciones de realidad y confianza, manteniendo al lector en vilo hasta el final. La prosa de Dicker destaca por su fluidez y su capacidad para abordar cuestiones filosóficas, haciendo de esta obra una reflexión sobre la naturaleza humana y las relaciones interpersonales. ¿Te gustaría un análisis más profundo sobre algún aspecto en particular?

(Miércoles, 2025, salarios). En el ámbito del Gremio de Escritores, existe un principio que frecuentemente resuena entre sus miembros: “No importa lo que digas, lo que importa es cómo lo digas”. Esta afirmación establece que, aunque el tema o la trama de una obra pueda parecer relevante, el enfoque narrativo y la calidad de la escritura son, en última instancia, lo que realmente cautiva al lector. Es cierto que el contenido de una obra tiene su importancia, pero la forma en que se presenta, el “continente”, requiere una atención meticulosa.

Por supuesto, hay verdad en este argumento hasta cierto grado; sin embargo, no se puede generalizar. Podemos considerar la notable obra Pequeño Príncipe, una joya literaria en comparación con el monumental Crimen y castigo, que lleva consigo un peso literario completamente diferente. Como bien se dice en México: “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”.

Es indiscutible que la forma de presentar un libro puede ser determinante en su éxito. A lo largo de los años, muchos autores han vivido la presión de crear narrativas que atrapen a sus lectores. Gustave Flaubert, por ejemplo, soñaba con escribir de manera tan musical que podría prescindir de anécdotas o tramas convencionales.

No tengo conocimiento de alguien que lograra tal hazaña, pero Flaubert intentó estar entre aquellos que lo hacían posible.

Jöel Dicker, un autor suizo nacido en 1985, se ha convertido en un fenómeno literario en el género policial, creando un impacto significativo en las últimas décadas. Con ocho libros publicados, su obra ha sido traducida a 42 idiomas, logrando cautivar a aproximadamente 22 millones de lectores alrededor del mundo.

Este talentoso escritor ha recibido numerosos galardones en Europa, comenzando por el prestigioso Premio Goncourt, y también ha encontrado éxito en los Estados Unidos. Dicker ha escrito tanto en inglés como en francés y español, lo que resalta su versatilidad lingüística.

Aunque no tengo una relación personal directa con él, he tenido la oportunidad de leer sus obras y he estado en contacto cercano a través de sus entrevistas en video; esto es lo que ocurre con los grandes autores: logran conectar con su audiencia de manera íntima.

Desde sus inicios, Dicker ha creado un mundo narrativo que combina elementos clásicos del género policial, inspirado por autores emblemáticos como Dashiell Hammett y las modernas series de televisión escandinavas, creando así un estilo único que ha influido en gran parte de su producción.

No soy un lector habitual de novelas policiales, pero he investigado y encontrado los valores agregados en su literatura, buscando comprender mejor su enfoque y estilo. Incluso, me he considerado un posible admirador de su obra.

Por ejemplo, la simplicidad de su prosa, cuidadosamente traducida, siempre logra captar la esencia del posmodernismo francés sin recurrir a la violencia sangrienta o a contenidos sexualmente mórbidos. Aunque su estilo tiene tintes oscuros, también es notablemente accesible.

En su primera novela, Últimos días de nuestros padres (Premio de Ginebra 2012), Dicker explora valores humanos profundos, creando una conexión especial entre el amor y las matemáticas, mostrando así las relaciones que unen estos dos conceptos de manera delicada y matizada. Su atención a los detalles y su humor mordaz ofrecen una crítica sutil a la sociedad contemporánea.

Hasta este punto, quiero enfatizar que Jöel Dicker es un auténtico seductor de palabras. Posee un don excepcional que permite a sus lectores adentrarse en sus fantasías literarias y disfrutar de la estética de su prosa, creando una melodía única a través de su narración.

En su más reciente novela, Una visita muy catastrófica al zoológico (Abril de 2025), Dicker se aventura por nuevas direcciones que podrían atraer a diversos públicos artísticos, aunque puede que no sean del todo satisfactorias para algunos.

El autor presenta un escenario donde, tras un evento inesperado, se deben sortear obstáculos en Estados Unidos o Ginebra para aterrizar en una guardería, sin especificar la ubicación o las particularidades de los niños involucrados.

Esta historia aborda siete eventos de narrativa que Dicker ha explorado anteriormente, evitando los temas de crimen y muerte para cautivar al lector con una historia entrañable sobre seis niños perdidos en un zoológico, fascinados por el esplendor de su entorno. En este caso, nuestro protagonista, una niña, debe describir lo que está sucediendo con plastilina en mano. ¡Parece que la trama se torna improbable!

La historia, inmersa en la inocencia y agilidad típicas de la niñez, presenta a niños como víctimas de una discapacidad, y una de sus protagonistas, Josephine, narra su experiencia a una niña de diez años en la mesa del comedor, con un simple plato de sopa. La trama parece inalcanzable pero logra una trascendencia sutil.

Sin embargo, lo realmente impactante es que Dicker tiene el poder de enamorar a su público con esta historia, presentando elementos cotidianos y actuales que desafían la realidad de las sociedades modernas y reflexionan sobre la democracia, la libertad, la educación y los derechos de los ciudadanos.

A parte de la claridad en su estilo, admiro su esfuerzo por desmantelar la típica novela policial, adoptando una estructura similar a las veneradas novelas de caballería del siglo XIX de Cervantes.

Pese a que el título puede no parecer el más atractivo, su intento de narrar una historia sobre niños tiene el potencial de captar nuevas audiencias, y su búsqueda de una estética pura y transparente es encomiable. Este nuevo enfoque logra ofrecer una forma que, aunque no siempre perfecta, no carece de valor.

Dicker afirma que ha escrito para cautivar a lectores de entre 6 y 120 años, y parece que realmente está logrando su cometido. Es admirable que, a sus 39 años, haya conseguido llegar a tantos niveles y generaciones diferentes.

Una visita muy catastrófica al zoológico

Jöel Dicker

Alfaguara 2025

224 páginas.

* Periodista y escritor.

Moravia, mayo de 2025

Comentarios cerrados

Noticias relacionadas