En los últimos tiempos, Frank Cuesta ha estado en el centro de atención tras su arresto en Tailandia relacionado con la posesión irregular de especies animales protegidas. Esta controversia comenzó a intensificarse por su implicación en una guerra pública, en la que se vio envuelto junto a su ex compañero Chi, y por la filtración de grabaciones en las que se refería al envenenamiento de perros. En medio de estas circunstancias, Cuesta decidió emitir una declaración urgente, anunciando que su vida había sido un engaño masivo en el que todos habían caído.
Frank Cuesta reconoce su gran engaño
El conocido defensor de los animales, Frank Cuesta, ha decidido abordar su situación con sinceridad. A través de un video publicado en su canal de YouTube, que data del martes, compartió aspectos de un “acuerdo” sobre el cual no proporcionó muchos detalles. En ese video, reveló un fraude que tuvo un impacto significativo en su salud, su carrera y el santuario de animales que había establecido en las afueras de Bangkok, Tailandia.
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“No tengo cáncer”, “No soy veterinario o herpetólogo”, “Se compraron todos los animales del santuario” … por lo que las declaraciones de Frank Cuesta sacudieron las redes sociales. En este video, admitió una larga lista de inexactitudes que habían marcado su imagen pública durante muchos años. Este defensor de animales, reconocido en televisión, confirmó que su vida en los medios se había construido sobre una base de mentiras, además de reconocer que padecía de mitomanía, un trastorno psicológico que afecta su percepción de la realidad de manera recurrente. El video, aunque breve, tiene un peso mediático devastador y muestra una imagen radicalmente diferente de la que Cuesta había proyectado ante las cámaras a lo largo de su carrera.
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En su video, Cuesta afirmaba: “No tengo cáncer, no soy veterinario ni herpetólogo. Los animales en el santuario no son rescatados, sino comprados. Todo fue parte de un espectáculo que se me escapó de las manos debido a un grave problema de mitomanía y un ego desmedido.” Reconociendo su papel en este engaño, se sintió obligado a develar su gran mentira, lo que terminó con su credibilidad pública.
Una de las revelaciones más impactantes en su declaración fue que su santuario de animales, que había presentado como un refugio para estas criaturas, se había relacionado más con un proyecto puramente comercial que con un verdadero hogar seguro para los animales. “No soy veterinario ni herpetólogo, tengo algunos conocimientos, pero no son ni básicos ni profesionales”, confesó. De hecho, describió el lugar más como una granja que como un refugio y explicó que la mayoría de los animales no fueron rescatados, sino comprados, y que muchos de ellos habían muerto debido a su “propia negligencia”.
Frank Cuesta también confiesa haber engañado al público sobre su estado de salud. Durante años, había promovido la narrativa de que sufría de leucemia, pero finalmente tuvo que admitir que no tenía cáncer. Aclaró que solo se trataba de un problema relacionado con mielodisplasia de la médula ósea, que aunque no es terminal, no equivale a ser canceroso.
Concluyendo su video, dijo: “Y finalmente acepto mi responsabilidad por engañar a todos. Me disculpo por haber utilizado a tantas personas”. Se plantea una pregunta inquietante: ¿estamos presenciando el final de Frank Cuesta tal como lo conocíamos? Fuente: Infobae
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