El personal del Ministerio de Salud se encuentra llevando a cabo una serie de inspecciones sanitarias en empresas y campamentos de trabajo situados en Carrillo, Guanacaste. Estas acciones tienen como objetivo primordial prevenir la entrada y propagación de la malaria en el país, una enfermedad que puede tener serias repercusiones en la salud pública. Los equipos de salud están comprometidos con la realización de estos monitoreos de manera regular, asegurando que las medidas de prevención sean implementadas correctamente para proteger a todos los trabajadores y residentes de la zona.
De acuerdo a los pronósticos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), se estima que Carrillo alberga una población cercana a los 50,347 residentes permanentes. Sin embargo, durante la temporada alta de cosecha de caña y turismo, este número puede llegar a duplicarse, alcanzando aproximadamente 100,000 habitantes temporales. Esta considerable fluctuación demográfica plantea desafíos especiales en la gestión de la salud pública, especialmente en lo que respecta a la vigilancia epidemiológica.
Dentro de esta gran población temporal, se destaca que alrededor de 7,000 trabajadores se encuentran actualmente alojados en los campamentos vinculados a la actividad laboral en la región. Estos empleados son esenciales para la producción, y su bienestar es de suma importancia para el desarrollo económico local, pero también son un grupo potencialmente vulnerable a enfermedades como la malaria.
Los datos proporcionados por el área de salud de Carrillo indican que el último caso de malaria que se detectó en la región fue un caso importado de Nicaragua, reportado en 2023. Esto resalta la necesidad de mantener una vigilancia continua y activa para mitigar cualquier riesgo de contagio en la población local.
Como parte de estas labores, el personal del Ministerio está llevando a cabo intervenciones en cumplimiento de las regulaciones de salud y laboral, así como de la búsqueda activa de casos en empresas como Notalk y en varios campamentos de trabajo dentro del cantón. “Para garantizar la salud y las condiciones óptimas para estas personas, el equipo de regulación y supervisión de salud, junto con el movimiento integrado de vectores, ha realizado un monitoreo de la aplicación de la Regulación 39147 S-TSS, que se centra en la prevención y protección de los trabajadores expuestos a condiciones de tensión térmica”, explicó la entidad en una declaración oficial.
Es relevante mencionar que Carrillo es un cantón que se enfrenta a la carga de la enfermedad renal crónica no tradicional, lo que hace que la supervisión de la salud de los trabajadores sea aún más crucial. El cumplimiento de la normativa, así como el control de las condiciones laborales, son vitales para prevenir problemas de salud adicionales en esta población vulnerable.
Durante las visitas a los campamentos, se llevan a cabo pruebas de malaria rápida, así como una inspección general de los baños, la gestión de aguas residuales, la capacidad y condiciones de las cocinas, la gestión adecuada de residuos sólidos, y la verificación de los permisos sanitarios de salud, así como las circunstancias bajo las cuales se han otorgado dichos permisos. Este extenso proceso asegura que no se pasen por alto detalles que puedan poner en riesgo la salud pública en la región.
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